¡Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor.
Solicito permiso para salir a buscarlo!
¡Permiso denegado!, replicó el oficial. ¡No quiero que
arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto!
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y
una hora más tarde regresó mortalmente herido,
transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso:
¡Ya le dije yo que había muerto!
¡Ahora he perdido a dos hombres!
Dígame, ¿Merecía la pena salir allá para traer un cadáver?
Y el soldado, moribundo, respondió:
-¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:
" ... Estaba seguro de que vendrías"
Para todos aquellos amigos y hermanos que viven la amistad con compromiso y fidelidad. Doy gracias a Dios por vos amigo mío, doy gracias a Dios por vos hermano mío... Por cada sonrisa que me sacaste, por cada vez que me prestaste tu oído, que me diste de tu consejo. Por cada momento compartido y por lo que vendrá...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
uf...
ResponderEliminaryour welcome