domingo, 30 de mayo de 2010

No digas que no puedes...


Dos de cada tres días me levanto pensando que no puedo. Doy el primer paso de la mañana creyendo que las cosas que no me hacen feliz, inevitablemente no las puedo cambiar. Ni siquiera mi orgullo herido por reconocer que finalmente no soy todopoderoso me lleva a un intento por creer que si quiero, puedo.

Dos de cada tres días oscilo entre la resignación y la auto-justificación. Entre la desesperanza y los atenuantes vanos.

Dos de cada tres días todas las excusas que encuentro para no poder se me convierten en un monstruo tan grande que me agobia y me asfixia.

Y en uno de cada tres, ni siquiera me acuerdo de lo que no puedo para no hacerme tanto problema.

Viviendo en uno de estos últimos días, ayer el Señor me salió al encuentro en un hermano. Como tantas otras veces me vino a rescatar de donde estaba, en el momento menos pensado. Como tantas otras veces en las que no pude o en las que creí que no podía o en las que me convencí de que no podía, Dios me vino a mostrar como tan sólo un poquito de Su Gracia puede donde yo no.

Quiero creer en imposibles. Quiero creer que para Vos todo es posible. Quiero no volver a decir que no puedo. Quiero no volver a sentir que no puedo. Dame de tu Gracia una vez mas Señor...












viernes, 21 de mayo de 2010

Para la próxima vuelta

No es sólo por si acaso.
No es sólo por si llegara a estar equivocado.
Quizás es una simple expresión de deseo.
Pero para la próxima vuelta quiero ser un pegazo.
Para volar alto, para acariciar las nubes a mi paso, para bailar con el viento.
Para sentir la libertad de, paradójicamente, dejarme llevar...





viernes, 7 de mayo de 2010

No llores si me amas

A veces ante el dolor que nos significa perder a alguien, frente a la angustia de saber que ya no lo tendremos terrenalmente cerca, sólo la esperanza de que se encuentre mejor y de que al final nos volveremos a encontrar de una forma mas plena y eterna, devuelve la paz a nuestro corazón.


No Llores Si Me Amas

No llores si me amas,
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo!

Si pudieras oír el cántico de los ángeles
y verme en medio de ellos!
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos; los horizontes, los campos
y los nuevos senderos que atravieso!

Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen!
Cómo!...¿Tu me has visto,
me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y
amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé, y encontrarás mi corazón
con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz!
ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por
senderos nuevos de Luz...y de Vida...
Enjuga tu llanto y no llores si me amas!

San Agustín